La Revisión Técnica es una de las herramientas más importantes para asegurar que el parque automotor circule en condiciones adecuadas de seguridad, eficiencia y respeto por el medioambiente. Pero también representa una oportunidad única para el aftermarket, ya que muchas de las fallas más frecuentes detectadas en estas inspecciones pueden resolverse —o incluso prevenirse— con una adecuada mantención y el reemplazo oportuno de componentes críticos.
En Revista del Repuesto Automotor investigamos* respecto a las familias de repuestos más relevantes para el aftermarket, vinculándolos directamente con las observaciones que más rechazos generan en las plantas de revisión técnica en nuestro país. Comprender esta relación permite a los talleres, técnicos, proveedores y dueños de flota optimizar sus estrategias de mantenimiento y reducir significativamente los tiempos de detención.
1.Frenos y sistemas de seguridad: Primera línea de defensa en carretera
Dentro de las fallas más recurrentes detectadas en las Revisiones Técnicas se encuentran el desbalance de frenado entre ejes, el desgaste excesivo de pastillas o discos, la pérdida de presión hidráulica y la activación de la luz de advertencia del sistema ABS. Estas observaciones ponen en evidencia la importancia de mantener en óptimo estado los componentes del sistema de frenos, considerados la primera línea de defensa en la seguridad vial. Entre los repuestos clave que inciden directamente en estos rechazos se encuentran los discos y pastillas de freno, elementos sometidos a alto desgaste y cuyo estado determina la eficiencia de detención que se mide en los bancos de prueba. El líquido de frenos, por su naturaleza higroscópica, tiende a absorber humedad con el tiempo, lo que disminuye su capacidad de frenado y puede provocar corrosión interna en el sistema. Por su parte, las bombas y cilindros de freno deben mantener una presión estable: cualquier fuga o signo de fatiga estructural representa un riesgo. A esto se suman los sensores ABS, cuya correcta lectura es esencial para evitar bloqueos de ruedas; un sensor defectuoso o mal conectado activa el testigo en el tablero, lo que constituye causal directa de rechazo técnico. Como dato técnico relevante, un sistema de frenos con fallas puede incrementar la distancia de frenado hasta en un 30%, lo que evidencia el impacto directo que tiene su mantención preventiva tanto en la seguridad como en la aprobación del vehículo.
- Neumáticos y suspensión: Estabilidad y adherencia en el punto de mira
El sistema de suspensión y el estado de los neumáticos son determinantes para la estabilidad, el confort y la seguridad del vehículo, razón por la cual figuran entre los ítems más vigilados en la Revisión Técnica. Entre las fallas más frecuentes que originan rechazos se encuentran los neumáticos desgastados, con cortes o deformaciones; la existencia de juego libre en rótulas y terminales de dirección; y la pérdida de efectividad en los amortiguadores. Respecto a los repuestos, los neumáticos y llantas deben cumplir con una profundidad mínima de dibujo y no presentar daños visibles. Cuando están mal alineados, se produce un desgaste irregular que también es causa de observación. Los amortiguadores y resortes, responsables de absorber impactos y mantener el contacto constante de las ruedas con el pavimento, son verificados a través de pruebas dinámicas que miden el rebote del vehículo. En tanto, los bujes y rótulas, al desgastarse, generan holguras que afectan la precisión en la conducción y producen ruidos fácilmente detectables en el banco de pruebas. Las barras estabilizadoras, encargadas de distribuir las fuerzas laterales y mantener la rigidez del conjunto, pueden presentar roturas o fijaciones sueltas, afectando el control del vehículo en curvas o maniobras bruscas. Como consejo experto, no se debe subestimar el rol de la suspensión: su correcto funcionamiento influye directamente en la capacidad de frenado, la estabilidad en curva y la vida útil de otros sistemas mecánicos clave.
- Emisiones y sistema de escape: Compromiso con el medioambiente
El sistema de escape y control de emisiones juega un rol fundamental tanto en la protección del medioambiente como en el cumplimiento normativo de los vehículos. En las Revisiones Técnicas, las fallas más recurrentes en esta área incluyen emisiones contaminantes que superan los límites permitidos, fugas en el sistema de escape y la activación del testigo de motor, asociado comúnmente a fallas en la mezcla aire-combustible. Estas observaciones se relacionan directamente con componentes específicos del sistema de emisiones, donde el aftermarket tiene un papel relevante. Uno de los elementos clave son los filtros de partículas (DPF), diseñados para retener hollín y contaminantes en vehículos diésel. Cuando estos filtros se saturan, impiden el flujo adecuado de gases, reducen el rendimiento del motor y elevan considerablemente las emisiones. Por su parte, los catalizadores actúan como filtros químicos que transforman gases nocivos en compuestos menos dañinos; su deterioro, obstrucción o manipulación intencional conlleva una combustión incompleta. También destacan los sensores de oxígeno, cuya función es regular la proporción aire-combustible. Si uno de estos sensores falla, el motor no puede ajustarse adecuadamente, lo que altera los niveles de emisión y genera un consumo ineficiente. Finalmente, los silenciadores y tubos de escape, cuando presentan fisuras, corrosión o uniones mal selladas, no solo provocan aumento del ruido, sino que también permiten la fuga de gases tóxicos antes de ser tratados. Es importante destacar que las emisiones fuera de norma no solo conducen al rechazo técnico del vehículo, sino que representan una amenaza directa a la salud pública y afectan negativamente la eficiencia general del sistema motriz.
- Iluminación y señalización: Ver y ser visto, ante todo
El sistema de iluminación y señalización es un componente esencial para la seguridad vial, ya que permite al conductor ver el camino con claridad y, al mismo tiempo, ser visible para otros usuarios. En las Revisiones Técnicas, las observaciones más comunes relacionadas con este sistema incluyen focos quemados o con intensidad reducida, intermitentes que no funcionan y desalineación de luces delanteras. Estos problemas, aunque muchas veces considerados menores, pueden ser motivo de rechazo inmediato. Entre los repuestos más relevantes del aftermarket en esta categoría destacan los focos delanteros y traseros, que deben cumplir con normativas específicas en cuanto a intensidad y proyección de luz; además, daños estructurales o la presencia de humedad en su interior también son causas de observación. Las luces LED y halógenas, cada vez más presentes en el parque vehicular, ofrecen mayor duración y eficiencia, pero es imprescindible que estén correctamente homologadas y adaptadas al modelo del vehículo. Los intermitentes y reflectantes, por su parte, son obligatorios para señalizar cambios de dirección o detenciones, y su ausencia o funcionamiento irregular se detecta con facilidad durante la inspección. En tanto, los reguladores y relés son componentes eléctricos que aseguran el encendido y funcionamiento adecuado de las luces; su falla puede generar parpadeos erráticos o apagones totales. Como dato útil, una luz mal alineada puede deslumbrar a los conductores que vienen en sentido contrario, siendo una de las causas frecuentes de accidentes nocturnos. Por ello, el correcto mantenimiento de este sistema es clave no solo para aprobar la revisión, sino también para resguardar la seguridad de todos en la vía.
- Sistemas de diagnóstico electrónico: Tecnología al servicio de la seguridad
Con el avance de la tecnología automotriz, los vehículos modernos incorporan cada vez más sistemas electrónicos que requieren herramientas específicas para su evaluación. En las Revisiones Técnicas, una de las fallas más frecuentes está relacionada con la presencia de testigos encendidos en el tablero —como el “check engine”, el sistema ABS o el airbag—, así como con parámetros fuera de rango en distintos sensores. Estas observaciones exigen un diagnóstico preciso y actualizado, donde el aftermarket cumple un rol fundamental. En primer lugar, el uso de escáneres OBD-II permite a los talleres identificar códigos de error, interpretar datos en tiempo real y realizar pruebas de funcionamiento en múltiples sistemas del vehículo. Los sensores de motor y temperatura, por su parte, son esenciales para garantizar una combustión adecuada y detectar condiciones de riesgo como el sobrecalentamiento o una mezcla aire-combustible desequilibrada. Asimismo, los módulos electrónicos como la ECU (unidad de control del motor) o la TCU (unidad de control de la transmisión) son responsables de coordinar el comportamiento de componentes críticos, y una falla en ellos puede alterar por completo la operación del vehículo. En el ámbito del transporte profesional, el uso de software de diagnóstico para flotas permite realizar un control predictivo sobre grandes volúmenes de unidades, mejorando la eficiencia operativa y reduciendo el riesgo de rechazo en revisión. Como recomendación clave, si un testigo permanece encendido al momento de ingresar a la planta, el rechazo es casi seguro. Un diagnóstico oportuno y el reemplazo adecuado de componentes electrónicos permiten evitar fallas mayores y mantener la seguridad del vehículo al más alto nivel.
- Motores y sistemas de combustión: El corazón que no puede fallar
El motor es, sin duda, el corazón del vehículo, y su correcto funcionamiento es esencial para el desempeño, la eficiencia y la aprobación en la Revisión Técnica. Entre las observaciones más comunes asociadas a este sistema se encuentran la emisión de humo visible por el escape —ya sea azul, blanco o negro—, una mezcla inadecuada de aire-combustible y la presencia de fugas de aceite o refrigerante. Estas fallas no solo afectan el rendimiento, sino que también tienen un impacto directo en las emisiones y la seguridad del vehículo. En este contexto, el aftermarket ofrece soluciones estratégicas a través de una serie de componentes críticos. Las bujías y bobinas de encendido, por ejemplo, son responsables de generar la chispa que inicia la combustión. Si fallan, pueden producir pérdida de potencia, mayor emisión de gases y encendido irregular. Los filtros de aire, aceite y combustible cumplen una función clave en la protección y eficiencia del motor; cuando se obstruyen, obligan al motor a trabajar con mayor esfuerzo, generando más calor y contaminación. Por otro lado, las correas y cadenas de distribución sincronizan el movimiento de válvulas y pistones; una rotura en estos elementos puede causar daños severos y costosos. Finalmente, los inyectores y bombas de combustible controlan el suministro de combustible al motor, y su desgaste o mal funcionamiento provoca un aumento en el consumo, fallas de encendido y emisiones descontroladas. Desde el punto de vista técnico, un motor con una mezcla pobre (exceso de aire) o rica (exceso de combustible) no solo pierde eficiencia, sino que también acorta la vida útil de sensores y catalizadores, afectando el sistema de emisiones en su conjunto. Mantener en óptimo estado estos componentes es esencial para evitar rechazos y prolongar la vida útil del vehículo.
- Vidrios y carrocería: Seguridad estructural y visual
Aunque muchas veces se les subestima, los elementos vinculados a la visibilidad y la estructura exterior del vehículo también son evaluados rigurosamente en las Revisiones Técnicas, ya que cumplen un rol esencial en la seguridad activa y pasiva. Entre las fallas típicas que pueden derivar en rechazo se encuentran las trizaduras o astillas en el parabrisas, los espejos retrovisores rotos o ausentes, y la ausencia de desempañador en la luneta trasera, en aquellos vehículos donde su uso es obligatorio. En este sentido, el estado de los parabrisas y lunetas es especialmente relevante, ya que incluso una trizadura ubicada fuera del campo visual del conductor puede comprometer la integridad estructural del vidrio y ser motivo suficiente para no aprobar la revisión. La utilización de repuestos homologados y una instalación adecuada son condiciones indispensables para garantizar la seguridad del vehículo y cumplir con los requisitos normativos. Por otra parte, la carrocería en general también es objeto de inspección: daños visibles, golpes estructurales que afecten el chasis o elementos mal fijados representan un riesgo en caso de accidente y pueden ser observados como faltas graves. Es importante recordar que un parabrisas en buen estado no solo permite una correcta visibilidad, sino que también forma parte del sistema de seguridad pasiva, ya que proporciona soporte estructural en caso de volcamiento y permite el correcto despliegue del airbag frontal. Por ello, su mantención y reemplazo con componentes certificados es fundamental para cumplir con la normativa y proteger a los ocupantes del vehículo.
Sin duda, conocer las causas más frecuentes de rechazo en Revisión Técnica permite a los actores del aftermarket anticiparse, ofreciendo soluciones concretas, educativas y de calidad.
Un vehículo que supera la revisión no sólo cumple con la normativa: protege vidas, cuida el medioambiente y optimiza su rendimiento operativo.
*Fuentes generales: Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones – Centro de Control y Certificación Vehicular (3CV) – Applus+ Chile – Manual RT MTT – Norma Euro 5 y Euro 6/Regulaciones EPA (EEUU) – Fichas técnicas de proveedores fabricantes (Bosch, Mann-Filter, NGK, Hella, entre otros) – Organización Internacional de Normalización (ISO)
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