Sin mascarillas desde el 1 de octubre en nuestro país, y con los efectos económicos inflacionarios debido a diversos factores nacionales e internacionales, nos enfrentamos al último trimestre del 2022.
Tras dos años duros de pandemia, diversas restricciones, un cambio de Gobierno y una economía inestable, el rubro del Aftermarket ha sabido nadar en aguas turbulentas y ha demostrado su fidelidad gremial y un trabajo mancomunado capaz de mantener la cadena logística del transporte no sólo en Chile, sino en todo el orbe.
De esta forma ya se abrieron las fronteras para poder disfrutar de los diferentes encuentros feriales que se han preparado en diferentes partes del mundo, donde Chile no es la excepción, a fin de conocer las novedades para el sector de partes, piezas, repuestos, accesorios y servicios.
Paralelamente a los encuentros feriales, nuestro gremio desarrolla una importante agenda de trabajo que busca posicionar la labor de CAREP en diferentes instancias de acompañamiento con nuestros socios, desde los desafíos de la digitalización de nuestro comercio tras la experiencia de la crisis del COVID 19; los desafíos de la Ley REP para nuestro sector; los vaivenes derivados del alza en los costos por los fletes y falta de contenedores para las importaciones y las alzas y bajas del dólar que afectan las compras internacionales.
Me detengo en el vaivén de los precios del dólar y de los combustibles y tal como se señala en Estados Unidos, “la economía sigue enferma por los efectos de la pandemia” generando contracción y abriendo el debate a origen de las causalidades externas, como la invasión a Ucrania, los desafíos de Rusia y China al mundo occidental, y la búsqueda por la no dependencia de suministros de gas y petróleo.
De esta forma, nacen las discusiones en torno a la implementación de la electromovilidad en Chile, país que se ha convertido en el segundo en el mundo con la mayor flota de vehículos para el transporte público, después de China, un importante desafío para el mercado que representamos debido al formato de la electromovilidad, la mantención de sus vehículos y la transformación de los talleres mecánicos frente a los grandes desafíos de la electrificación, tal como ocurre en diferentes países de Europa.
Así entonces, enfrentamos este último trimestre cargados de desafíos y con la esperanza de que nivelemos las estrategias que permitan que nuestro sector permanezca sólido a pesar de las crisis por el bien de la estabilidad económica y social de nuestro país.