Ambos factores son enemigos silenciosos en el trabajo. Mutual de Seguridad refuerza su llamado a prevenirlos, especialmente en el sector transporte, donde el riesgo es mayor y las consecuencias, fatales.
En Chile, los siniestros viales son la principal causa de muerte relacionada con el trabajo. Así lo indican los registros de Mutual de Seguridad, que revelan que un 66% de los accidentes laborales fatales están directamente vinculados con siniestros de tránsito. La cifra refleja una realidad preocupante, que ha motivado a esta institución a reforzar sus campañas preventivas, especialmente en sectores donde el riesgo es más elevado, como el transporte de carga y de pasajeros.
Durante el Mes de la Seguridad Vial, Mutual de Seguridad ha impulsado una serie de acciones destinadas a reducir este tipo de siniestros, visibilizando las principales causas y promoviendo buenas prácticas entre empresas y trabajadores. Una de las líneas de trabajo más relevantes es la prevención de la fatiga y la somnolencia, dos factores que inciden en la capacidad de conducción y que muchas veces pasan desapercibidos.
“El exceso de velocidad, el uso del celular al volante y la pérdida de control del vehículo siguen siendo causas importantes de siniestros. Pero en el ámbito laboral hay un enemigo silencioso que ha ido ganando protagonismo: la fatiga y la somnolencia”, señala Angélica Zelaya, gerenta de Clientes y Servicios de Transporte, Energía, Telecomunicaciones e Industrias de Mutual.
Por ello, señala, han desarrollado herramientas de autogestión orientadas a los adherentes de Mutual de Seguridad, que les permiten identificar estos riesgos y actuar a tiempo.
ALTO RIESGO
Aunque ambos conceptos están relacionados, no son lo mismo. Mientras la fatiga se entiende como un estado de cansancio extremo, ya sea físico, mental o emocional, que no se soluciona solo con dormir, la somnolencia corresponde a una necesidad de sueño que se presenta en momentos inadecuados, como -por ejemplo- la jornada laboral o al conducir.
“Son condiciones que pueden coexistir y potenciarse mutuamente. Una persona fatigada es más propensa a experimentar somnolencia, y ambas disminuyen la atención, el tiempo de reacción y el juicio. En la conducción, eso puede ser fatal”, explica Alejandra Jachura, especialista en Medicina Laboral de Mutual de Seguridad.
Las recomendaciones son claras: si un trabajador experimenta signos de fatiga o somnolencia persistentes, debe acudir a una evaluación médica o psicosocial para descartar condiciones subyacentes, como apnea del sueño, estrés o alteraciones del ritmo circadiano.