Page 5 - Edición 21 - Revista del Repuesto Automotor
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Editorial

             HACIA LA ELIMINACION



          DEL IMPUESTO ESPECIFICO


                 A LOS COMBUSTIBLES





                                     La noticia de una próxima rebaja del impuesto específico a las gasolinas ha
                                     sido, en general, bien recibida por la opinión pública y los consumidores. De
                                     igual forma, los expertos creen que se trata de una buena herramienta para
                                     ayudar a combatir la inflación, que es el fantasma que agita la economía
                                     chilena, y que amenaza llegar a los dos dígitos.


                                     Los comentarios mayoritarios apuntan a que dicha rebaja apunta en la
                                     dirección correcta. Efectivamente, en marzo de este año hubo una primera
                                     reducción de este impuesto, que entonces pasó de 6 a 4,5 UTM por metro
                                     cúbico.  Cuando  el  Congreso  apruebe  la  ley,  el  impuesto  a  las  bencinas
                                     quedará en 3,5 UTM, lo cual resulta positivo debido a que finalmente es el
                                     bolsillo de los chilenos el que experimentará algún alivio.

          Sin embargo, no deja de llamar la atención que si esta medida -como otras anunciadas -, tiene por objetivo
          mitigar el impacto inflacionario, se podía haber ido derechamente a la eliminación lisa y llana del impuesto a
          los combustibles. Como fue público y notorio durante el debate parlamentario del mes de junio, que consagró
          beneficios tributarios al diesel, parafina y otros combustibles, en esa oportunidad se debatió ampliamente la
          magnitud de los recursos recaudados por el Fisco, del orden de los 1.900 millones de dólares, por concepto
          de impuestos específicos a todos los combustibles.


          La sola mención de esta cifra, a la que hay que añadir los ingresos por concepto de IVA, permite señalar, sin
          lugar a duda alguna, que el Estado tiene el suficiente margen para manejarse incluso con mayor holgura
          y prescindir de tributos ya muy recargados. En buenas cuentas, a lo que se debiera llegar es a terminar los
          impuestos específicos a los combustibles, como una medida claramente reactivadora y que, si se aplica,
          beneficiará de verdad a los consumidores.


          No hay que olvidar que, a pesar del Fondo de Estabilización del Precio del Petróleo, el valor de los combustibles
          sigue  siendo  muy  alto  y  que  ese  escenario  se  mantendría  durante  bastante  tiempo.  Una  situación  así
          afecta con mayor dureza a los sectores medios, que a la vista del deficiente transporte público urbano
          -léase Transantiago -, se han visto obligados a recurrir cada vez más al uso del vehículo particular para sus
          desplazamientos.

          Realmente, dado el conjunto general de la situación, conviene terminar con estos elementos distorsionadores
          de los precios, como son los impuestos específicos, que han terminado creando una situación de precariedad
          en un rubro tan sensible como es el de los combustibles.


                                               José Pérez Vanzulli
                                                   Presidente
                                                  CAREP A.G.
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