Page 16 - Edición 18 - Revista del Repuesto Automotor
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Contaminación




                         ¿ES UN MITO LA



                             RESTRICCION



                              VEHICULAR?
                   Una polémica entre dos ministerios dejó ver que el único instrumento que
                  usa la autoridad para combatir la contaminación ambiental en Santiago es

                               restringir la cantidad de vehículos en circulación.

          Aunque el Ministerio de Transportes zanjó finalmente   lación de 4 dígitos para vehículos catalíticos y de 6 para
          los dígitos que estarán sometidos a restricción vehicular   autos sin sello verde. Existe un Plan Operacional de Epi-
          en episodios de preemergencia ambiental en Santiago,   sodios Críticos, respecto del cual se produjo la polémica
          quedó abierto el debate sobre temas de fondo involu-  entre ambos ministerios, y que data de 2007, año en que
          crados en esta cuestión.                     tampoco se aplicó.
          ¿Cuáles son estos? Según el tenor de las posiciones ex-  El  año  pasado  se  evitó  aplicar  la  restricción  ampliada
          presadas públicamente por los voceros oficiales de los   ante la desastrosa implementación del Transantiago. En
          Ministerios de Transportes y de Medio Ambiente, podría   2008, con el transporte público aún resentido por un
          deducirse que las opciones en juego son:     Transantiago todavía con muchas fallas, las autoridades
          a)aceptar una congestión vehicular algo atenuada para   de Transporte tuvieron el temor de sacar de circulación
          situaciones  de  preemergencia,  para  evitar  el
          colapso de los insuficientes sistemas de trans-
          porte urbano,  o b) priorizar una supuesta ma-
          yor calidad del aire mediante el retiro de una
          cantidad  determinada  de  vehículos,  incluidos
          catalíticos.
          Así  planteado,  el  debate  adquiere  las  carac-
          terísticas de una brutal contradicción. Es más,
          según este criterio, Santiago no contaría con
          más mecanismos válidos para hacer frente a
          episodios críticos de contaminación atmosféri-
          ca. O se aumentan los dígitos de la restricción
          vehicular, o hay que aceptar el sacrificio de una
          menor calidad del aire para no producir una
          catástrofe del transporte de pasajeros.
          Una apreciación más global y matizada, nos in-
          dica que hay varios elementos que considerar.

          ¿Sirve la restricción?

          En Santiago hay unos 750.000 vehículos cata-
          líticos. Se suman 350.000 convencionales, sin
          sello verde. Ambas categorías dan un total de
          1.100.000 vehículos en nuestra capital.
          El decreto ley actual establece que en pree-
          mergencias  ambientales  –  incluidos  fines  de
          semana y festivos, se puede restringir la circu-

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