Page 12 - Edición 21 - Revista del Repuesto Automotor
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Línea Liviana
en oferta comercial. Aunque
tecnológicamente comien-zan a
superar su gran traba -el tamaño
de sus baterías-, les queda aún
bastante trecho para que superen
las capacidades de los autos
convencionales.
En Gran Bretaña, el gobierno
destina grandes recursos para
incentivar el cambio. Pero se trata
de un país desarrollado. En Chile,
sólo un tímido esbozo hizo en
mayo el Ministro de Hacienda, al
anunciar un pequeño aporte a
quienes ingresen autos híbridos. En
Londres los eléctricos no pagan al ingresar al centro, disminuir la congestión.
donde existe tarificación vial; estacionan y se recargan Sin embargo, hay que fijarse en ciertas externalidades
gratis. Otro ejemplo, en Portland, Oregon, Estados de los autos eléctricos, que aparecen poco visibles ante
Unidos, los autos eléctricos recargan gratis en varios el gran cartel de “cero emisiones” con que se les suele
puntos dispuestos en la vía pública. etiquetar.
Según los fabricantes, son fáciles de mantener, ya que ¿Son tan limpios como los presentan? Si bien no
no requieren repuestos ni el mantenimiento habitual de contaminan directamente, la generación de electricidad
los vehículos que funcionan con un motor de gasolina. que lo mueve sí produce anhídrido carbónico, aunque
Su “motor” -las baterías- se reemplaza al término de el vehículo no produce metano, óxido nítrico y gases
la vida útil. invernadero que sí expulsa el auto a gasolina. Su gran
Al parecer, su precio tampoco debiera ser, al menos en “pero” es la energía que se requiere para fabricar
Chile, un gran impedimento para su venta. Asimismo, sus enormes baterías. Hay expertos que dicen que
en Santiago y otras ciudades grandes parecen ser una de masificarse, dejarán una “huella ambiental” que
buena solución para abatir emisiones contaminantes y los hará muy poco menos diferentes a sus primos
convencionales.
Lo otro, la energía de la que se alimentan. Si la electricidad
que toman proviene de centrales generadoras a
petróleo o gas, lo único que se estará haciendo es
desplazar la contaminación de un lado a otro. En otras
palabras, se contaminará menos Santiago, pero las
centrales térmicas tendrán que quemar más diesel o
gas para compensar la demanda de estos autos.
En todo caso, su estreno anticipa una tendencia. Es
perfectamente predecible que en la próxima década
se verán muchos de estos autos en nuestras calles.
El punto más importante es que se producirá un
círculo virtuoso generado por el mercado. Al empezar
a aumentar la demanda, las fábricas tendrán el incentivo
real de invertir en más tecnología para superar a la
competencia. Así, habrá modelos más eficientes, más
baratos y menos contaminantes. Pasará lo mismo que
con los celulares.
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